La Maldición de los Celos

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Los celos en la pareja, son una respuesta emocional ante el miedo de perder a una persona que queremos a nuestro lado.

Es un sentimiento de gran intensidad, desagradable, obsesivo e irracional que puede hacer que la persona pierda el control, bien de sus pensamientos o de la situación.

Los celos son inherentes a la condición humana y todos en mayor o menor medida podemos ser víctimas de ellos en alguna ocasión o en ciertas situaciones…

Pero ¿cómo saber si nuestros celos entran dentro de una normalidad o comienzan a ser una patología?

Existen celos naturales, cuando nos sentimos desatendidos por nuestra pareja, esta comienza a tener actitudes de distanciamiento, desinterés hacia nosotros y realmente hay motivos para pensar que nos esta retirando su amor… es entonces cuando saltan las alarmas y nos invade el miedo de pérdida.

Es normal que alguna vez, pueda surgir algún episodio de celos ocasional o alguna situación que nos altere a este respecto. Siempre y cuando, tomemos conciencia de lo ocurrido, reconduzcamos nuestros pensamientos y pongamos bajo control la situación (quedando así en algo puntual), no podremos hablar de celos patológicos.

El problema comienza, cuando los celos obsesionan a la persona que los sufre y crean un clima de desconfianza dentro de la pareja.

Si una de las dos partes se siente controlada por la otra o comienzan a darse actitudes represivas, suspicacias, ironías, recriminaciones… entonces existe un problema real de celos que se debería tratar.

El sufrimiento de la persona celosa.

Lejos de frivolizar y estigmatizar a la persona celosa, debemos de entender el gran sufrimiento que conlleva este problema para ellas.

Las personas celosas no pueden soportar la idea de perder a la persona que quieren para sí.

Pero muy al contrario de lo que popularmente pueda llegar a pensarse, no tiene nada que ver con el amor, no ama más quien mas cela. El celoso no se comporta de esta forma por amor a la otra persona, sino por desamor a sí mismo. Debemos de entender, que no es un problema innato a la pareja, sino una enfermedad emocional de uno de sus miembros, a pesar de que acabe afectando y haciendo daño a los dos.

El perfil de la persona celosa se corresponde a alguien inseguro, con baja autoestima y con miedo a la soledad.

Suelen tener algún tipo de complejo (generalmente infundado por su propia percepción) y no se consideran lo suficientemente atractivos, interesantes, joviales, divertidos…etc, para mantener a su lado a su pareja. Piensan que lo que pueden ofrecer no es suficiente y por ello, cualquier otra persona que pudiera aparecer con alguna de estas características, será quien arrebate su felicidad.

Su inseguridad les lleva a una gran necesidad de posesión, lo que les da valor, sentido y felicidad, no es lo que hay en ellos mismos, sino en la persona que a toda costa intentan mantener a su lado.

El celoso no cela de lo que realmente ve y puede constatar, sino de lo que imagina, lo que esta en su mente, esa gran productora de cine donde plasma todos sus miedos, sentimientos de inferioridad, sensación de desventaja… Entra en un bucle que le produce una gran ansiedad, nublando su razón y propiciando reacciones irracionales, llenas de ira y amargura.

En ocasiones, la persona celosa justifica sus actos escudándose detrás de una persona romántica y protectora. A veces puede llamar varias veces a su pareja “para ver si llegó bien” “a que hora llegará”… , la sorprenderá apareciendo en su trabajo o reunión de amigos para “que no regrese sola”, o la someterá a un exhaustivo interrogatorio disfrazado de “interés”, al regresar de cualquier salida. Pero todo ello, unicamente enmascara una necesidad de tener la situación bajo control, haciendo un “barrido o avistamiento” de “posibles causas de preocupación”, pendiente siempre de activar “el botón de alarma de emergencia”.

Como afecta en la relación.

Una relación en la que imperen los celos, es una relación autodestructiva. Los celos son enemigos del amor y la confianza, las dos piezas claves que sustentan una relación.

En una pareja enfermada por los celos, los miembros entran en una dinámica difícil de salir.

La parte de la pareja que sufre los celos puede manifestar dos tipos de reacciones, y puede ocurrir una o dos situaciones aisladas o combinadas:

Por un lado, aparte de la preocupación por su pareja, la persona víctima de celos, comienza a sentir resentimiento, ya que está continuamente en tela de juicio. Puede llegar a sentirse observada o en casos mas severos controlada, por lo que su comportamiento, poco a poco dejará de ser natural.

Para evitar confrontaciones innecesarias, omitirá ciertos detalles o podrá llegar a cambiar sus rutinas. Incluso, pude llegar a renunciar a acudir a ciertos actos o vestirse de un modo u otro…

Pero todo ello no es gratuito, ya que empieza a tener una continua sensación de incomodidad, injusticia y malestar. Se siente desconcertada e impotente ante tal situación, intentando siempre justificarse o incluso llegando a tener auténticos sentimientos de culpa.

La persona celosa, acaba detectando que le son “omitidos detalles” o “se le dan otras versiones”. Este hecho, “alimenta aún más su imaginación” e incrementa sus celos, entrando en una espiral irracional.

Por otro lado, puede ocurrir que la pareja del celoso, a sabiendas del poder que tiene de interferir directamente en sus estados de ánimo, haga suya la situación, dejando de manifiesto un desequilibrio. Comienza entonces, a tantear en el juego de “acción-reacción” ante la clara evidencia de inseguridad de su pareja. Este panorama, es propicio para que se den actos de tiranía, amenazas de abandono, chantajes emocionales o discusiones.

De un modo u otro, las dos partes de la pareja sufren, pudiendo llegar a ser insostenible esta situación.

Otra circunstancia que puede ocurrir en algunos casos, es cuando el celoso “decide dar celos”, intentando compartir de esta forma su propio sufrimiento y proyectando en su pareja sus propios sentimientos. Es una forma de manipulación, para obtener de este modo toda la atención que considera no se le esta dando y hacer cómplice a la otra parte de sus emociones.

En cuanto a los celos, pensemos…

Que para la persona víctima de celos, esta situación es tremendamente injusta, le hace daño y no debería de sufrirla.

Para la persona celosa, la vida es un infierno dominado por esta enfermedad emocional, se siente infeliz y desvalorizado.

Lo fundamental sería tratar dos aspectos:

  • Por un lado, que es donde reside realmente el problema, sería trabajar la base, fortaleciendo la autoestima de la persona celosa y reconduciendo sus emociones. La persona víctima de celos necesita ayuda profesional.
  • Por otro lado, reforzar los lazos de confianza de la pareja y sanear sus cimientos.
  • “Para que una pareja funcione es fundamental la libertad y la autonomía.”
  • “Somos valiosos, únicos e importantes por nosotros mismos.”
  • “El amor verdadero, reside en amar aquello de lo que podríamos prescindir, no se trata de poseer sino de compartir.”

 

Eva María Cibrián
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