Todos somos testigos de cómo están cambiando a nuestro alrededor el tipo de relaciones. Es cierto que está incrementando el número de separaciones. Los vínculos amorosos no son tan estables (en muchos casos forzados) como hace algunos años. Nuestros tiempos y nuestra forma de vida están cambiando, variando nuestro modo de entender las relaciones, sexualidad, convivencia… y por supuesto, los hábitos para encontrar pareja.
En un espacio de tiempo muy breve, hemos tenido que adaptarnos a otros medios, fórmulas y modos, de una manera tan rápida que aun así, siempre acabamos con la sensación de que vamos un paso por detrás. Nos quedan muy lejos o quizás en algunos casos de oídas, el hecho de que alguien se quedase horas merodeando un teléfono anclado en la pared, esperando “la llamada”. Hoy en día, nos parecerían lentas y arcaicas todas las artimañas que se hacían para conseguir una cita. En la actualidad, tenemos la libertad que nos ofrece la telefonía móvil, los mensajes de texto.. y las cientos de páginas que hay en Internet para establecer de una forma rápida, contacto con otras personas que buscan conocer gente, pasar un rato agradable o pareja.
Todo ello es un magnífico privilegio, que como todo, bien utilizado, nos enriquece y nos aporta infinidad de beneficios.
Pero, en algunos casos y situaciones, ocurre que pudiéramos sentirnos como quien se sube a un magnifico coche veloz y sin frenos. Al final, en lugar de conducir un coche, el coche nos lleva a nosotros… En estos casos, deberíamos tener en cuenta, que no todas las personas se encuentran preparadas para subirse a “según que coches…” y que no todo el mundo atraviesa los mismos momentos o mantiene una buena estabilidad emocional para hacerlo.
Cuando la búsqueda del amor, acaba dañando…
Podemos observar en conocidos, amigos… que sobre todo, tras una ruptura, apenas sin margen de tiempo, se vuelcan en la obstinada tarea de encontrar pareja o tener encuentros rápidos y pasajeros de una forma acelerada. Muchas veces alentados por las propias amistades, publicidad y sociedad en general.
Sin apenas margen para los duelos y la reflexión… muchos son los que se lanzan sin el paracaídas de la autoestima abierto, a una frenética forma de vida, en la que buscan continuamente compañía, encadenando unas relaciones con otras, programando una agenda de citas y saltando de unas a otras como si de lianas se tratase.
El hecho de salir, conocer gente y vivir otras experiencias es tremendamente saludable, pero deberíamos de ver como lo hacemos, como gestionamos esta situación.
Muchas personas se encuentran atrapadas en un bucle del que les es complicado salir. Esta nueva y acelerada situación, acaba por generarles una gran ansiedad y una tremenda insatisfacción, porque no todo el mundo esta preparado para ello, ni tiene los mismos valores, ni sus experiencias son las mismas.
En muchos casos, se trata de “rellenar huecos”, “poner parches” en un vacío que nos ha quedado, combatir la soledad o sentirnos valorados. Pero al final, queda la sensación de “poner una tirita en un brazo amputado”, nunca nos es suficiente… y se salta a otra cosa… y otra, como quien juega contra una máquina… esperando que alguna vez “toque el premio”.
Cuando esta situación se alarga en el tiempo, es posible llegar a entrar en una autentica adicción, pero no al sexo, como muchas personas puedan pensar… sino una adicción al “juego de la búsqueda”, donde participan los factores de habilidad, rapidez, suerte e intuición.
Pero este “juego”, a veces esconde otras variables, como el miedo a la soledad, al rechazo, a una desvalorización personal, búsqueda de satisfacciones inmediatas…
Debemos pensar, que a veces es necesario un tiempo para la cicatrización de heridas, asumir nuevas situaciones y aprender a vivir con nosotros mismos. Si en este duro proceso, comenzamos a vivir episodios negativos de desilusión, desprecios, vacíos… la inestabilidad emocional esta garantizada y nuestro proceso de cura puede verse bloqueado.
Es por ello importante, realizar una buena gestión de los tiempos y los modos. Evitar situaciones que luego nos dejen un poso amargo.
Hay personas que envueltas en este desenfreno de búsqueda rápida de pareja, acaban lastimando su autoestima, cayendo muchas de ellas en una falsa frivolidad o depresión.
Para encontrar pareja, primero debemos reforzar nuestros cimientos, curarnos y tener nuestra autoestima en forma. Solo de esta forma, podremos atraer a nuestro lado esa persona que realmente puede aportarnos una relación sana y merecernos la pena.
Si te has podido ver reflejado en esta situación, piensa que a la larga, lejos de “tocarte el premio” es posible que cada vez te encuentres mas solo y vacío. Si te ves atrapado en este bucle, busca ayuda profesional, haz una apuesta por ti y empieza a quererte. Te espero en mi consulta de Madrid.
Eva María Cibrián
Psicóloga y Terapeuta en conflictos de pareja
Glorieta Ruiz Jimenez, 4, Madrid (metro San Bernardo)
644 90 50 05 (llamada y Whatsapp)
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